El valor de la educación

“La educación es el arma más peligrosa que puedes usar para cambiar el mundo” (Nelson Mandela).

Con esta frase célebre, se busca introducir al lector en un aspecto instaurado en la docencia desdeñado para muchos docentes.

La educación para la mayoría de los agentes educativos, es un tesoro invaluable que impulsa el progreso individual y colectivo, el cuál acompaña e ilumina el camino de los niños y niñas hacia el empoderamiento, la comprensión y el crecimiento integral.

El valor de la educación va más allá de las características mencionadas anteriormente, ya que en dicho proceso evolutivo no es solo el docente el que enseña, si no también es el docente el que aprende del alumnado, debido a que estos son capaces de ver el mundo de manera diferente a la que estamos acostumbrados, nos hacen pensar que quizás el adulto es un niño empobrecido que no disfruta del valor real de las cosas ni mira más allá del pensamiento adstrato que tiene cada uno.

El valor de la educación es abrir puertas y derribar barreras a las que se enfrenta el alumnado en todo su proceso educativo. Se puede considerar como la clave que desbloquea el acceso a oportunidades a través del aprendizaje donde los individuos adquieren conocimientos, habilidades y perspectivas que los equipan para enfrentar los desafíos del mundo en constante cambio.

La educación no solo proporciona herramientas prácticas, sino que también cultiva el pensamiento crítico y la capacidad de adaptarse a situaciones diversas.

Además, mediante el proceso de educación los alumnos nos enseñan que no existe un método de enseñanza, superior a la capacidad de aprendizaje de la inteligencia humana, sino que nos enseñan a valorar el proceso de aprendizaje, ya que los métodos y las planificaciones no siempre son satisfactorios, por ello, la importancia de enseñar y de la educación es la capacidad de buscar estrategias y metodologías atractivas que llamen la atención del alumnado, donde puedan alcanzar su máximo potencial.

En resumen, la educación, para mí como docente, es más que un trabajo: es una vocación, una misión de cultivar mentes jóvenes y construir un futuro lleno de posibilidades, una línea positiva entre conocimiento, realidad y alumnado; una travesía emocionante donde aprendemos, crecemos y nos convertimos en los arquitectos de nuestro propio conocimiento.

Este viaje, lleno de desafíos y alegrías, es lo que da sentido a mi labor como educadora y lo que hace que cada mi ilusión por enseñar sea enriquecedora.

Alejandra Robles – Profesora en ONG Recicla-Alicante.

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