El día del amor

El día del amor

Hace un tiempo leí una cita que decía: “Piensa en la persona que más quieres en el mundo. Ahora piensa en todo lo que harías por esa persona. Y ahora responde, ¿serías capaz de hacer todo eso por y para ti?

Hay tantas formas de amar en el mundo como seres vivos que habitamos este planeta. Y tantos amores que es casi imposible mencionarlos todos. El amor de una madre, amor de pareja, amor de hermanos, amor hacia una mascota, pero hoy, quiero hacer hincapié en el amor propio. En ese amor que muchas veces nos flaquea, nos desconcierta, nos sustenta y que debería ser, en definitiva, una parte muy importante en la vida de todos nosotros.

Matemáticas, lengua, literatura o ciencias son algunas de las materias en la que se nos forma desde bien pequeños. Pero, ¿Qué pasa con la inteligencia emocional? ¿con la autoestima? Son asignaturas pendientes que cada uno de nosotros a lo largo de nuestra vida debemos formarnos, trabajar y aprender, muchas de las veces, mediante errores.

Debemos tener muy claras ciertas premisas para que nuestras relaciones amorosas sean lo más sanas posibles:

Una relación sana es flexible, algunas veces seremos nosotros los que brindemos apoyo, pero otras tantas nos tendremos que dejar apoyar y mimar.

No debemos adoptar nunca la postura del salvador de nadie. A veces, por intentar hacer un bien a alguien, nos perjudicamos a nosotros mismos y a la persona que intentamos “ayudar”. El hecho de intentar resolver los problemas de las personas de nuestro entorno dificulta más que favorece. Lo que acabamos haciendo es impedir que ellos mismos creen la confianza suficiente para resolver cualquier cuestión con sus propios recursos y/o habilidades. Por ejemplo, cuando un padre hace los deberes de su hijo para que éste no suspenda, acaba consiguiendo que el pequeño se vuelva inseguro por no superar por si solo retos que generan fortaleza y bienestar psicológico.

Buscar espacios para disfrutar en solitario. El compartir vivencias, experiencias y momentos en compañía siempre es un plato de buen gusto. Pero pregúntate, ¿disfrutaría de todo lo que hago si lo hiciese solo? Saber disfrutar de nuestra propia compañía, de los espacios y el ser independiente, son puntos clave para fortalecer las relaciones.

Interactuar con quien te complemente y no que te complete. Soy de las que piensa que la historia de la media naranja ha causado más problemas que beneficios. El hacernos pensar que no estamos completos, que necesitamos de otra persona para sentirnos “plenos” ha sido un error que hemos interiorizado como sociedad. Debemos de centrarnos en personas y relaciones que nos aporten positivismo y que sirvan para mejorar todo lo que como individuos ya hayamos trabajado.

Hoy, día del amor, reivindicamos el amor propio, el trabajar por y para ti, el mejorar la calidad de vida. Y, sobre todo, el poder tener la capacidad de elegir quien nos va a complementar.

Renata Zevallos Baretta – Trabajadora social

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