Los animales tienen un papel muy importante en el desarrollo de los niños y niñas. Estos ofrecen diversos beneficios a parte del entretenimiento. El vínculo que se crea entre animal e infante está caracterizado por ser una conexión especial en la que florece la empatía, el cuidado y el cariño. Este vínculo ofrece al infante un desarrollo emocional, social y cognitivo.
Respecto al desarrollo emocional, cabe destacar que al crecer junto a una mascota se desarrollan valores como la responsabilidad, además del respeto hacia otros seres vivos. Al ser cocientes de que tienen que cuidar de un ser vivo, los infantes se dan cuenta de que sus acciones tienen consecuencias, potenciando así el desarrollo de la responsabilidad. Así mismo, la relación que el infante crea con su mascota, le aporta una sensación de seguridad y consuelo, siendo esto un gran beneficio para afrontar situaciones estresantes o ansiosas.
Haciendo referencia, por otro lado, al desarrollo social, se encuentra que los animales pueden ayudar a los infantes a establecer relaciones con otros infantes, haciendo así que sea más fácil crear vínculos de amistad. Tener una mascota ofrece situaciones cotidianas en las que se ponen en juego habilidades sociales y comunicativas, por ejemplo, la visita al veterinario o los paseos por el parque. Estas situaciones, como se menciona antes, son ideales para mejorar y desarrollar las habilidades sociales y comunicativas. Así mismo, cuando los infantes son responsables (en su justa medida) de una mascota, se consigue que estos conozcan lo que son los límites, las señales de incomodidad, el cómo se siente el animal, en resumen mejorando así la empatía.
En relación con el desarrollo cognitivo, se puede comentar, que el apego con los animales puede llegar a fomentar el aprendizaje y la curiosidad. El mundo animal, en general, es un mundo atractivo para los infantes con miles de preguntas y respuestas, ofreciéndoles a estos la capacidad de investigar y aprender de un entorno cercano.
Finalizando, las relaciones con los animales pueden ser un punto positivo para mejorar en los estados de ánimo de los niños y niñas, ya que estos son capaces de bajar el estrés y aumentar la felicidad.
Por tanto, se puede concluir, resumiendo que la presencia de los animales durante la infancia ofrece un enfoque positivo en cuanto al desarrollo integral del infante. Los animales, aparte de ofrecer felicidad, también enseñan a los infantes a convertirse en personas más empáticas, responsables y con mejores habilidades sociales. Por eso, considerar la inclusión de una mascota en la vida de los infantes puede llegar a ser una decisión muy útil para su desarrollo integral.