LO QUE LAS EMPRESAS DEBERIAN SABER DE LAS ONG\’s

En julio de 1989 Peter F. Drucker escribió un artículo en la Harvard Businness Revierw con el provocativo título de que negocio puede aprender de los NO LUCRATIVOS (¿Qué pueden aprender las empresas de las ONGs?) Las reflexiones del maestro de las técnicas de dirección sorprendieron a los habituales lectores de la revista, ejecutivos de empresas poco acostumbrados a recibir lecciones de nadie y mucho menos de un sector, el no lucrativo, despreciado con frecuencia por su falta de eficacia.

En el artículo, Drucker no se limitaba a llamar la atención a las empresas sobre determinadas características de las organizaciones no lucrativas que merecía la pena tomar en consideración. No. Sus reflexiones eran mucho más demoledoras.

Las organizaciones no lucrativas se encuentran muy por delante de las empresas en sus modelos de gestión para afrontar el futuro “Algunas organizaciones no lucrativas, señalaba Drucker-, se han convertido en los lideres. En dos áreas en concreto: la estrategia y la eficacia del órgano de gobierno, estas instituciones ponen en práctica lo que la mayoría de las empresas se limitan a predicar. Y en el área más crítica- la motivación y la productividad de los trabajadores de la sociedad del conocimiento- son verdades pioneras impulsando políticas y prácticas que la empresa deberán incorporar en el futuro.

Tan convencido estaba Drucker de lo que predicaba que, cuando le preguntaron quien consideraba el mejor líder en su extensa y larga carrera como consultor, siempre mencionaba lo mismo, las organizaciones no lucrativas. Han trascurrido treinta y dos años desde la llamada de atención de Drucker y los ejecutivos de empresa siguen sin aprender la lección. Continúan mirando con cierta condescendencia al sector de las ONG y subestimando el trabajo de sus directivos.

En el fondo creen que la gestión de una ONG (se trate de una fundación o asociación) se asimila más a la actividad de pedir dinero en las puertas de una iglesia que al difícil y extenuante arte de dirigir una organización. Su arrogancia les impide darse cuenta que gestionar una organización no lucrativa es bastante más complicado que vender detergentes.

Son varios los elementos que hacen más compleja la gestión de una organización no lucrativa que la de una empresa, pero destacan tres por encima de todo: los indicadores de éxito o resultados, el sistema de financiación y de los clientes.

El principal indicador de éxito de una empresa son los beneficios a final de año. Es cierto que esa cifra no es suficiente y hay que contextualizarla con otras variables, pero sigue siendo el principal indicador, claro y sencillo, para saber si el año ha sido bueno y se marcha en la dirección correcta. Es una organización no lucrativa, sin embargo, el principal indicador de éxito viene determinado por el planteamiento

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