Déjenme que comparta con ustedes esta historia:
Un albañil ya mayor, le llegó el momento de su jubilación. Así que fue a ver a su jefe con el que había trabajado durante muchos años, y le comento sus planes de dejar de trabajar para llevar una vida más tranquila y placentera con su mujer y poder disfrutar de su familia y de su jubilación.
El jefe sentía que su buen empleado dejaba la empresa y así se lo dijo pidiéndole, como favor personal, que construyera una última casa. El albañil accedió, pero su mente y su corazón ya no estaban allí, utilizaba materiales de mala calidad, no estaba atento a lo que hacía y su trabajo dejaba mucho que desear. Una verdadera lástima acabar así su carrera.
Cuando al final el albañil acabo la construcción su jefe la fue a revisar como había quedado y al final de la visita, cogió las llaves de la puerta principal y se las dio al albañil: este es mi regalo para ti.
Tiene mucha importancia hacer las bien las cosas, poner el mayor de los empeños, toda la ilusión y por supuesto con conocimiento, pero con el conocimiento no basta. Hace falta también poner la mayor de las voluntades que hacerlo de cualquier manera.
Y a eso voy, a recalcar la importancia que tiene el hacer las cosas con cariño, y poner el corazón, y más los que trabajamos en el ámbito de los servicios sociales ayudando al que lo necesita.
Mauricio Jorquera.
Coordinador ONG Recicla-Alicante